Crayola impulsa a los niños a ser un cambio en el mundo

La creatividad es algo que se desarrolla desde pequeños y Crayola nos ha acompañado en las diferentes etapas de nuestro crecimiento, brindando todas las herramientas necesarias para construir nuestros sueños, recuerda que todo comenzó con un trazo. Desde niños tenemos la oportunidad de desarrollar nuestras habilidades con el simple uso de un papel y colores hasta encontrar a qué somos más afines, tal es el caso de Flor y Leo: los nuevos integrantes de la familia Crayola.

A Flor desde niña le ha gustado jugar con bloques, cajas de cartón y material reciclado para crear casitas, edificios y estructuras que a través de sus ojos son inmensas creaciones de lo más novedoso, su lema es crear una y otra vez. Cuando Flor crece vuelve realidad su sueño de ser arquitecta, plasmando su imaginación que desde pequeña tenía de realizar los más grandes edificios.

Por otro lado, se encuentra Leo un niño que es fanático de los animales desde pequeño y su mejor amigo es un periquito llamado Lolo, donde el sueño más grande de Leo es ver a Lolo volar entre árboles sin la necesidad de vivir encerrado. Por ello, al crecer se decide a estudiar medicina veterinaria para poder dedicarse al 100% a los animales que tanto amaba. Leo siempre creyó en ir por lo que le apasionaba y no por lo común. Él solo pensaba en que el estudiaría para poder ofrecer una mejor vida a las aves, luchar por su libertad y felicidad.

La historia de Flor y Leo se entrelazan porque ella decide realizar una estructura donde pudiera albergar animales simulando un hábitat natural y Leo es el veterinario del lugar. Aunque cada uno desarrolló habilidades muy distintas, sus historias se entrelazan por el sueño de hacer el bien y regresarle algo al planeta, reforzando la idea de que las cosas siempre triunfan cuando se realizan en equipo y con creatividad.

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